Además de gobernar para unos cuantos poderosos mexicanos, gringos y españoles, de sólo rendirle cuentas y responderle a las cúpulas empresariales, de las televisoras, la radio y las iglesias, de querer imponernos altísimos e indignantes aumentos en todos los productos básicos y en los impuestos, de no hacer nada efectivo contra la violencia criminal del narco y las bandas del crimen organizado, que todos los días asesinan a decenas de personas por todo el país, de saquear la riqueza nacional en casi todas las formas posibles, de permitir y fomentar la corrupción e ineficiencia simuladora más escandalosa de gobernadores, funcionarios, diputados, senadores, jueces, magistrados, ministros, policías, militares, obispos, curas, periodistas y líderes sindicales oficialistas, de violentar gravemente todos los derechos humanos sociales y colectivos, de perseguir, reprimir y encarcelar a cientos de jóvenes y luchadores sociales, ahora agregan la agresión al Sindicato Mexicano de Electricistas, pilar fundamental del Frente Sindical Mexicano, del Diálogo Nacional y de las fuerzas populares progresistas del país, que desde el gobierno de Zedillo ha sido un efectivo dique social, que ha venido frenando las nefastas privatización eléctrica y reforma laboral, entre otras.
El SME, con el apoyo de muchos grupos, organizaciones y colectivos populares de todo el país, con quienes ha sido generoso y solidario, resiste la embestida y se encuentra en pie de lucha, como lo demostró el pasado 8 de octubre, cuando 45 mil trabajadores electricistas, con decenas de miles de otros trabajadores, tomaron las calles de la ciudad de México y marcharon a Los Pinos, exigiendo el alto a la agresión y respeto a su autonomía.
Los calderonistas parecen estar decididos a incendiar al país entero, atacando sin descanso todos los derechos sociales, con burdas y cínicas mentiras, argumentos y pretextos, aun cuando fueron repudiados en las elecciones por los abstencionistas y la baja votación por el PAN. Cuentan con la complicidad, aunque hipócrita, de la cúpula priísta (de la mafia que encabeza Carlos Salinas) y de Televisa, TVAzteca, Radiofórmula, obispos católicos y jerarcas de todas las religiones.
NO basta con destituir y juzgar a Javier Lozano, el porro secretario de trabajo de Calderón, NO basta con seguir defendiéndonos de los ataques y agresiones.
Debemos contratacar, unir todas las voces posibles por la SALIDA DE CALDERÓN Y ESTE GOBIERNO, por un gobierno de transición nombrado entre las mejores mujeres y hombres del país, que convoque a un congreso constituyente y a elecciones nacionales...
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